La eliminación de tatuajes es una tendencia en alza, por diversos motivos: estéticos, familiares, profesionales o de salud. En Europa, los organismos de salud pública recomiendan que sólo se utilicen métodos que impliquen un rayo láser. Entre ellos, el uso del láser de picosegundos es hoy el más adecuado, a la vez que eficaz y seguro, sin riesgos significativos de lesiones cutáneas.

Tatuaje: principio

El principio del tatuaje consiste en introducir tintas de varios colores en la dermis, la capa intermedia de la piel. Es esta introducción suficientemente profunda de pigmentos lo que hace que un tatuaje sea permanente. De hecho, si la operación se realizara en la capa más externa de la piel, el tatuaje sólo permanecería de 2 a 4 semanas, momento en el que la epidermis se renueva por completo. En cambio, si los pigmentos se introdujeran a mayor profundidad que la dermis, en la hipodermis, tenderían a extenderse, formando antiestéticas manchas, sin respetar la línea deseada.

Hacerse un tatuaje requiere, por tanto, los servicios de un profesional experimentado que sepa «pinchar» a la profundidad adecuada, garantizando la durabilidad y precisión del trazo. En cualquier caso, es un procedimiento relativamente invasivo y a menudo se realiza de forma poco meditada, sobre todo en jóvenes, durante las vacaciones o por capricho. Dependiendo del caso y de la precisión deseada en una zona determinada del tatuaje, las diminutas agujas utilizadas penetran en la piel a una frecuencia de 50 a 3000 veces por minuto.

Eliminación de tatuajes: una tendencia en alza

Aunque deseados en un principio, la permanencia de los tatuajes puede resultar a veces engorrosa. Estudios recientes han demostrado que cada vez más personas desean borrarse un tatuaje en el futuro. Representan casi el 10% de las personas tatuadas en Francia, es decir, cerca de 650.000 personas, siendo este porcentaje mayor entre los hombres, cuyos tatuajes suelen estar en zonas más visibles del cuerpo que entre las mujeres.

Las motivaciones precisas son variadas. Puede tratarse de borrar un tatuaje que ha salido mal, por ejemplo por inyectar pigmentos demasiado profundos, o de deshacerse de un motivo que se considera pasado de moda o que ya no atrae. La presión social también es un factor a tener en cuenta, ya sea familiar o profesional, así como determinados acontecimientos vitales: ruptura de pareja, matrimonio, nacimiento, etc. A cerca del 25% de los nuevos padres les gustaría deshacerse de sus tatuajes. Por último, las preocupaciones que llevan a un tratamiento de eliminación de tatuajes también pueden estar relacionadas con la salud. El público va tomando conciencia de que hacerse un tatuaje no es un gesto inocuo para la salud, sobre todo desde la prohibición en Europa de determinadas tintas que contienen sustancias potencialmente cancerígenas, mutágenas o tóxicas.

Láser de picosegundos y eliminación de tatuajes

Aplicando un rayo láser a los pigmentos de la dermis, éstos se disgregan y se eliminan a través del sistema linfático. El láser de picosegundos es ahora el método de elección, sobre todo porque su corta duración de pulso reduce significativamente el riesgo de lesiones cutáneas. La duración del tratamiento es variable (piel del paciente, densidad y profundidad del tatuaje a eliminar…) pero se compone necesariamente de varias sesiones. Siempre se espacian unas semanas, para dar tiempo al organismo a eliminar los pigmentos previamente desnaturalizados. El equipo debe ser manejado por un profesional cualificado para garantizar la seguridad del paciente y la calidad estética del resultado.